La música y el desarrollo de la conciencia

Música para el desarrollo de la conciencia

La narrativa abstracta de la música.

Liberada de los grilletes de la moda y la autocommodificación, desligada e independiente de papeles lúdicos y utilitarios, así como de la función de mero soporte narrativo de palabras e imágenes, la música adquiere por fin la dimensión de arte puro e independiente.

Y de este modo, su peculiar "narrativa musical abstracta" puede por fin "contarse a sí misma" con perfecta dignidad expresiva.

¿Qué es la música cuando no está pensada para apoyar otros contextos?

Puede hablar a nuestro subconsciente, solicitando arquetipos humanos a través de los símbolos emocionales que puede contener, entretejidos en forma de fraseo musical y sonoro sobre las texturas de la forma y la estética musicales convencionales.

Las formas musicales cambian con el tiempo del mismo modo que sus códigos estéticos, mientras que los arquetipos permanecen inalterables como expresiones de nuestra naturaleza humana más profunda.

Si la música sólo responde a la forma y a la estética, aún puede ofrecer un valor artístico más o menos apreciable en función de la calidad y la brillantez elaborada de su arquitectura; sin embargo, de este modo se queda en la "superficie" y su valor artístico es secundario, ya que no va acompañada de "un elemento narrativo profundo" que represente los arquetipos antes mencionados, es decir, los elementos humanos más profundos, arraigados y compartidos: los miedos, las necesidades, los deseos, los sueños y cualquier otra cosa que "hable" del espíritu humano.

Archètypesegún Jung: imagen primordial contenida en el inconsciente colectivo, que reúne las experiencias de la especie humana y de la vida animal que la precedió, constituyendo los elementos simbólicos de fábulas, leyendas y sueños. (Treccani) 


El crecimiento de la conciencia.

El "relato musical" artístico puede así expresarse a través de "símbolos sonoros" capaces de evocar tales arquetipos y hacerlos conscientes, según los casos aliviándonos de parte de su carga o abriéndonos a nuevos horizontes del espíritu, orientando siempre irresistiblemente nuestras existencias hacia las instancias de nuestra esencia más profunda.

Así pues, el arte musical procede de la habilidad técnica y lógica, pero también (y sobre todo) de la sensibilidad emocional consciente e inconsciente del artista, ya sea fruto de un trabajo de investigación, de la inspiración, del instinto o, más a menudo, de una combinación de estos elementos.

Trabajando a través de la forma y la estética de la composición, el artista con mayúsculas puede dar una sacudida emocional tan poderosa e inesperada al oyente "iniciado" que le obligue a romper el caparazón de la conciencia ordinaria para conducirle a un descubrimiento parcial del Ser y del Universo; y todo ello sin recurrir al concepto lógico y al lenguaje, que son medios ineficaces para lograr esta "magia".

Hacia un renacimiento musical: retos y soluciones.

Dicho esto, la música es sin duda la más abstracta y profunda de las artes, pero nuestra época la está destruyendo con su trivialización y mercantilización.

Como cualquier manifestación "misteriosa", la iniciación en las profundidades de la música es por tanto crucial, un viaje personal y progresivo hacia ella y su esencia, articulado en varias etapas: encuentro, reconocimiento, conocimiento, comprensión, amor.

De hecho, en una época en la que la música suele reducirse a un mero producto comercial, crear canciones que encarnen una auténtica "magia" narrativa y espiritual se convierte en una ardua tarea. El predominio de las modas y la superficialidad, a menudo alimentadas por un consumismo insaciable y un sistema oligárquico que domina la industria, representan importantes barreras. Esta situación se ve agravada por la velocidad a la que cambian las tendencias, lo que deja poco margen para el estudio en profundidad y la verdadera apreciación artística.

Las razones de este reto residen principalmente en la forma en que está estructurada la industria musical. La presión por generar beneficios inmediatos empuja a menudo hacia la producción de música fácilmente digerible y popular a corto plazo, descuidando así las cualidades que hacen de la música un vehículo de profunda expresión espiritual y emocional. Además, la difusión masiva de música a través de plataformas digitales ha creado un entorno en el que la abundancia y la facilidad de acceso a menudo ahogan las obras de mayor valor intrínseco, dificultando que los oyentes encuentren y aprecien el verdadero arte.

Para contrarrestar esta tendencia y promover un renacimiento musical que realce la esencia espiritual de la música, pueden emprenderse varias iniciativas. En primer lugar, es crucial promover iniciativas educativas y culturales que sensibilicen al público sobre la importancia de la calidad artística en la música. Esto podría incluir talleres, conferencias y la colaboración con instituciones educativas para integrar la música de calidad en los planes de estudio.

Además, la creación de plataformas y espacios, tanto físicos como digitales, dedicados exclusivamente a la música de alta calidad puede ofrecer a los artistas un lugar donde expresarse libremente, lejos de las presiones comerciales. Estos espacios podrían albergar conciertos, exposiciones y otros eventos que pongan en primer plano la música como forma artística pura.

Otro aspecto crucial es apoyar a los artistas que se dedican a crear música profunda y significativa. Esto puede hacerse mediante financiación directa, pero también mediante el reconocimiento y la apreciación de su trabajo a nivel social y cultural.

En resumen, para que la música cumpla su tarea espiritual más noble, es necesario un esfuerzo colectivo que reconozca y supere los retos que impone el panorama musical actual. Mediante la educación, la creación de espacios dedicados y el apoyo a los artistas verdaderamente comprometidos, podemos allanar el camino para un renacimiento musical que enriquezca el espíritu humano hasta la médula.

Conclusión.

A medida que nos acercamos al final de este viaje de reflexión, surge una invitación a volver a abrazar la música con una nueva conciencia. Es una llamada a escuchar no sólo con los oídos, sino con el corazón y el alma, redescubriendo la música como una forma de arte que habla directamente a lo más profundo de nuestro ser. Esto requiere un cambio no sólo en nuestra forma de escuchar, sino también en nuestra manera de percibir y apreciar el arte de la música. Sólo entonces podremos empezar a dar forma a un gusto que fomente y celebre la profundidad y la autenticidad, contribuyendo a devolver a la música su verdadera dignidad y su poder transformador. En este enfoque renovado, cada nota se convierte en una oportunidad para un viaje más profundo dentro de nosotros mismos y del universo que nos rodea, una oportunidad para despertar ese hechizo que la "verdadera música" siempre ha tenido el poder de evocar.

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